Sufrimiento innecesario



Es muy posible que existan en la vida sufrimientos necesarios, es seguro que en el mundo en que nos ha tocado vivir existe demasiado sufrimiento innecesario.

Entre tantas historias con las que en ocasiones nos golpea la realidad, hay una que me asaltó ayer desde las páginas de un "magazine" y que desde entonces no me abandona. Por infinitamente triste, por evitable, por que acaba con el futuro de seres que tenían derecho a construir su vida a su manera pero ya nunca podrán hacerlo. Y entretanto, nuestros telediarios dedicados a otras cosas: los políticos y sus descalificaciones, la bolsa y sus fluctuaciones, la información sobre el tiempo...

Os cuento: el artículo hablaba sobre un orfanato rumano y un estudio hecho por neurocientíficos de la Universidad de Harvard sobre las consecuencias de la falta de amor en niños institucionalizados. El director del estudio hablaba del horror que suponía estar en una habitación llena de bebés en la que reinaba un absoluto silencio; los niños no lloraban porque sabían que nadie iba a responder a su llanto.

Cuesta imaginar semejante dolor, semejante indefensión, un bebé que sabe que no va a encontrar respuesta a sus demandas. Otro detalle aterrador: «Tenía unas instalaciones estupendas», comenta el investigador. Un paraíso a primera vista... si no hubiese sido por el silencio de los niños. Tenían todo salvo lo indispensable: cariño.
Puedes leer el artículo aquí 

Estoy estudiando estos días las distintas teorías sobre las necesidades humanas y todas recogen el afecto como necesidad básica. El amor es una necesidad de supervivencia, sin la experiencia del amor, la vida carece de sentido. Y es que somos seres sociales, el amor está en la misma base de lo que somos; sin la experiencia del amor, no encontramos fuerza para vivir. La falta de amor en la primera infancia acaba con todas nuestras capacidades, da al traste con todas nuestras posibilidades.
Tanto es así que, tras una investigación de quince años, el estudio concluye que todos los niños en la institución han sufrido daños mentales graves.

Esos pobres pequeños ya no podrán ser eso que nacieron para ser, los han tumbado en la línea de salida y están fuera de la carrera. Ellos lo han perdido todo y nosotros, nuestra especie, los perdemos a ellos junto con todo lo que cada una de esas personas, únicas e insustituibles, habrían podido aportar al acervo común.

La vida, para todos nosotros, debe consistir en desplegar todas nuestras capacidades y posibilidades. Todos los humanos nacemos con el derecho a hacer todo lo que esté en nuestra mano para convertirnos en eso que podemos llegar a ser. Ningún ser humano debería ver conculcado ese derecho, el de tener la posibilidad de construirse.

Quizá tenga sentido una ONG ningúnniñosincariño.org con voluntarios dedicados a dar cariño y sustento emocional a niños institucionalizados.

En cualquier caso, hay algo que todos podemos hacer hoy y ahora: combatir el sufrimiento innecesario. Aplicarnos a no crear sufrimiento innecesario y esforzarnos en paliarlo en la medida de nuestras posibilidades de forma que todos los que nos rodean puedan desarrollar desde el amor, la seguridad y la libertad, esas capacidades y posibilidades que les fueron otorgadas al nacer.

Levántate todos los días para amar y cuidar: a ti mism@, a la gente con la que te encuentras, a la vida con todas sus posibilidades. Y es que, si el amor es una necesidad para la supervivencia, para la plenitud lo importante es AMAR. Que tu amor se despliegue sobre todas las criaturas. Estarás construyendo un mundo más feliz.

Un saludo, herman@s caminantes


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